carreteirus

carreteirus
Carreteirus, así se llamaban en Asturias en pasados tiempos a los carreteros, no a los que conducían acémilas, como machos, caballos, etc. sino a los que güítchada ‘l hombru ou ben coyía en la mán atañíen la sou xuntura de fortes güeyes ou recies vaques, qu’aponíes al pertegal del carru ou ‘l caidón del rastru, nun teníen oitre ufixu que trabayar disdi ‘l albiar el día fasta ‘l sou tapecer, acarriandu maera, caboxus, miñerales ou pedres, angunes voices afaláes con xixa, llancánduyes el obreiru per tous lus sous llumbus, una orbayadina mu fina, de la que se xebraban fumairáes vaporóuxes ñacíes del canxanciu ya ‘l xudor. (Que aguijada al hombro o asida en su mano, conducía a su yunta de fuertes bueyes o recias vacas, que tirando de los pértigos del carro o del timón del rastro, no tenían otro oficio, que el trabajar esclavizantemente desde la amanecía hasta que el día se terminaba, acarreando madera, minerales, etc., siendo algunas veces arreadas por el carretero con tal fuerza, que les clavaba el aguijón por todos los lados de sus pellejos, haciéndoles agujeros por donde se alumbraba la sangre, que se mezclaba con los arroyos de sudor, que formaba por encima de sus lomos un fino rocío, del que se desprendía un humeante vapor. Nus tempus d’endenantes el carreteiru yera lu mesmu que güéi nel díe ser camioneiru, la difriencia qu’existe ye qu’el carreteiru d’endenantes cobraba de xornal cen pexetes per díe de trabayu, ya güéi nel díe un cambrioneiru cobra cen pexetes per minutu, comu podrán uxerbar el trasporte foi una de les couxes que más se disparóu, perque ‘l xornal d’un home que trabayaba l’ucena ou más de gores diaries yera de quinxe pexetes, anxina ye que faigan ñúmerus, e ya verán comu ‘l xudor del home ye lu mesmu d’arrapiegáu güei que lu foi xempre. (En los tiempos antiguos el carretero era lo mismo o muy parecido de lo que hoy en el día es un camionero, con la enorme diferencia que existe que el carretero cobraba de jornal cien pesetas diarias, y hoy en día el camionero cobra cien pesetas por minuto, como podrán observar el transporte fue una de las cosas que más se disparó. Porque el sueldo de un hombre que trabajaba doce o más horas diarias, percibía de jornal quince pesetas por día de trabajo. Así pues les ruego que hagan números y ya verán como el sudor del hombre es robado hoy día lo mismo que lo ha sido siempre). El ingenio, el trabajo el sudor del Hombre, siempre ha sido y es de continuo expoliado y robado. El día que el Hombre consiga no dejarse robar su sudor ni trabajo, y que asimismo sea capaz de no robárselo a los demás, aquel día se podrá hablar de verdad de la libertad y de la Justicia del Hombre. GARREXONES.—Carrexones, carros viejos, destartalados etc., etc.

Primer Diccionario Enciclopédicu de la Llingua Asturiana. 2009.

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